Ser padres no es una tarea fácil y mucho menos cuando somos primerizos. Podriamos haber leído mucho acerca del embarazo, parto y cómo sería nuestra vida con la llegada del bebé, pero una vez que está en casa es cuando realmente comienza el desafio; y en el transcurso de esta nueva etapa es muy común que cometamos algunos errores como los siguientes: - Compras excesivas para la llegada del bebé. Sólo comprar lo necesario, también pueden pedirlas prestadas a familiares o amigos, o bien como una sugerencia para regalar. No se trata de llenarnos de ropa, juguetes y demás que no estamos seguros de utilizar o que en unos meses no vamos a ocupar. - Hacerle más caso a las opiniones de la abuelita, los tíos, la vecina,etc. La ciencia avanza continuamente y lo que antes era recomendable ahora no, asi que lo más razonable es hacerle caso al pediatra. - No tenerle una rutina. Un bebé que crece con una rutina es más saludable; es importante que tenga su horario de paseo, baño, siesta. - Higiene extrema: Cuando se tiene un bebé prematuro las medidas de higiene tienen que ser más estrictas pero si nuestro bebé nació en buen tiempo no tiene por qué ser una preocupación más allá de lo normal. De hecho, el contacto con ciertas bacterias es necesario para que el bebé desarrolle sus propias defensas. Se trata de proteger al bebé de posibles infecciones, y eso se logra con una limpieza habitual y cotidiana de sus objetos. - Bañarlo a diario. Los pediatras recomiendan de dos a tres baños semanales. Más aún si el bebé padece Dermatitis Atópica; en estos casos bañarlo
diariamente puede hacer que empeore. LO recomendable es limpiarlo muy bien después del cambio de pañal, incluidas sus manitas. - Enrollarlo como un taco. Desde el vientre materno los bebés pueden moverse libremente, continuemos así después de su nacimiento, cubrámoslo pero sin exagerar. - Ponerle capas y capas de ropa o al contrario, ponerle sólo una camiseta y un pañal, sin envolver.. La mejor manera de saber si necesita más o menos ropa es tocar sus manos y pies, si estos están fríos hay que abrigarlo más. - No tomarse el tiempo suficiente para sacarle todos los gases al bebé, teniendo como consecuencia el escupir algo de la leche y una reacción alarmante
de los padres. - Asustarse en cuanto llora. La mayoría de las veces, el llanto de un bebé es sólo parte de su ser y de su condición. Con el tiempo los padres conocerán
más a su bebé e indentificarán el tipo de llanto. - No darle importancia a una fiebre o por el contrario, alarmarse demás. Cualquier fiebre de más de 38 ºC por vía rectal en los primeros 3 meses de la vida de un bebé es un indicativo para llamar al pediatra. - Evitar ruidos si el bebé está dormido, sobre todo en el día. A menos que mamá aproveche estos momentos para descansar, la casa no tendría por que
estar en completo silencio. - Cambiarle de pecho antes de que termine.Tomemos en cuenta que la leche del final de la toma es la que más grasa (alimento) tiene, por lo que, si el bebé se sacia antes de acabar con la leche de un pecho, en la siguiente toma se deberá empezar por éste. Así también se prevendrá la mastitis (hinchazón del seno). - Raparlo pensando que le saldrá más cabello, más grueso y fuerte. Es importante saber que el vello de su cabecita le ayuda a mantener el calor corporal, por lo que es mejor mantenerlo asi. - Dormir al bebe boca abajo.Por seguridad es recomendable dormir al bebé boca arriba y sin almohadas, cojines, juguetes alrededor. - Dormir al bebé en la cama de los papás. Quizás esta sea una solución práctica y rápida, sobre todo cuando no quiere dormir en su cuna, pero debemos tomar en cuenta que si duerme con los papás pueden aplastarlo o asfixiarlo sin darse cuenta, y además es educativo ya que nuestros hijos deben aprender desde pequeños que tanto mamá y papá como ellos tienen su espacio para dormir. - dejar que el bebé duerma demasiado tiempo entre cada sesión de alimentación. Los padres están cansados y para ellos es una oportunidad de descansar, sin embargo esto es un error. Durante las primeras semanas es necesario alimentar al bebé cada dos o tres horas. - Mezclar la fórmula equivocadamente, ya sea prepararla demasiado concentrada o muy diluida, para evitar estas situaciones es recomendable seguir las indicaciones de la fórmula. - No instalar correctamente la sillita para el coche.Si se dificulta entender el instructivo, podemos pedir ayuda en la tienda donde se compró o bien a un amigo o familiar que sepa. - No sacar al bebé de casa durante unas semanas. Los pediatras recomiendan el paseo diario, éste le ayuda a la mamá a relajarse, mientras que el bebé recibe múltiples estímulos y aprovecha la vitamina D proveniente de los rayos del sol. - Dejar de lado a la pareja.Ambos se están enfrentando a algo completamente nuevo por lo que necesitan el apoyo del otro, platicar sobre sus sentimientos, propiciar el acercamiento. - Evitar que se acerquen o lo carguen por miedo a que se vaya a contagiar. Obviamente si alguien está enfermo no se acercará, de lo contrario quienes vayan a visitarlo podrán tenerlo en brazos. - Se niegan a la ayuda de los demás. Ya de por sí el embarazo es pesado, sobre todo los dos últimos meses y luego viene el parto, que también implica un esfuerzo físico, mental y emocional, por lo tanto, se requiere la ayuda de la familia o amigos para cuidar del bebé, mientras los padres afrontan el resto de sus obligaciones. Fuentes: www.consejosdevidasaludables.com http://www.casualplay.com https://www.women-talk.com |
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