Logo Vida Alterna


Compártenos
FaceBookTwitterGoogleCorreoPin it
/www.peques.com.mx/ >Para papás>Peleas entre hermanos>

Peleas entre hermanos

Antes de plantear soluciones ante los constantes pleitos entre hermanos, debemos tener claro que hasta cierto punto estas riñas son normales y forman parte de la vida cotidiana de cualquier familia.

Estos pleitos se presentan desde los primeros años de edad y durante la adolescencia, y son mucho más frecuentes cuando la diferencia de edad entre los hijos es muy poca.

Sus causas

Para entender el porque de esos pleitos es necesario enfocarnos en las causas, que pueden ir desde la personalidad de cada uno, la edad por la que están pasando en ese momento e incluso por la forma en como los padres afrontan dichas peleas.

El que nuestros hijos se enfrenten constantemente es debido también a que existe una rivalidad innata al querer establecer un dominio sobre el otro, y además por el afán de llamar la atención de los padres y disputar el cariño de ellos.

Los niños son muy egocéntricos, quieren ser a como de lugar el centro de interés de las personas y tener posesión de todo, entonces cuando tienen un hermano inevitablemente se presentan las disputas por los espacios, los objetos personales y la atención de los padres.

Los motivos son infinitos, cualquier cosa puede originar una pelea: la comida, juguetes, ropa, quien abre primero la puerta, quien ocupa determinado espacio en el coche, quien se sienta al lado de papá o mamá. Aunque por otro lado hay situaciones muy específicas que acentúan mucho más esa rivalidad como por ejemplo, cuando los padres se enfocan más en alguno de los hijos ya sea por que es el nuevo miembro en la familia o esta enfermo.

Consecuencias de los pleitos entre hermanos

Podemos entender que sea normal el que nuestros hijos peleen, pero creer que esto puede beneficiarles de algún modo lo consideramos un error. Las riñas entre hermanos nos son tan malas, indican al contrario una búsqueda de la identidad y en entre esos desacuerdos, poco a poco ellos aprenderán a manejarlos y a negociar, lo que los llevará a resolver sus problemas.

La rivalidad entre hermanos es necesaria para que se vaya estructurando la personalidad de cada uno y además les sirve en su socialización, ya que cuando los niños se integran a la etapa escolar es mucho más fácil que se adapten a las relaciones con sus compañeros debido a que ya nos son tan egocéntricos.

El papel de los padres antes las peleas entre hermanos

Aun cuando la rivalidad y las peleas entre nuestros hijos son normales, no quiere decir que las aceptemos ni tampoco que debamos reaccionar inadecuadamente ante ellas. Es cierto que ocurrirán y serán constantes, pero es necesario actuar como una guía para que posteriormente no se conviertan en un gran problema, y por el contrario lograr que en el ambiente familiar reine la cordialidad y tranquilidad.

¿Qué hacer?

  • Debemos establecer reglas de disciplina muy claras y equitativas para todos los miembros de la familia.
  • Los padres debemos explicarles a nuestros hijos las consecuencias de las peleas y las agresiones.
  • Nuestros hijos deben saber que pelear no es la forma de resolver los problemas, es mejor tratar de llegar a un acuerdo entre ellos, siendo tolerantes y generosos. Tales valores si se los inculcamos desde pequeños serán practicados a lo largo de su vida.
  • Debemos dejar que nuestros hijos solucionen sus conflictos, pero Sí intervenir cuando la pelea sea física o se insulten; en tal caso debemos dejarles muy claro que no vamos a permitir que se peguen ni se hablen así bajo ninguna circunstancia.
    Si la agresión física continua, los separaremos y sin hablar ni discutir con ellos, los mandamos a dos habitaciones diferentes para que se calmen y reflexionen. Se les indicará que cuando se hayan tranquilizado y encontrado una solución al conflicto, volveremos a hablar con ellos para que resuelvan el problema.
  • No tomar partido hacia alguno de los dos. No se trata de buscar culpables, para pelear se necesitan dos y por lo tanto la llamada de atención será para ambos.
  • Evitar los castigos físicos porque eso reforzaría la idea de que la violencia es la solución de los problemas.
  • Luego de una pelea es bueno conversar con cada uno de sus hijos al respecto y se les debe reconocer sus sentimientos.
  • A todos nuestros hijos debemos demostrarles cariño y amor tanto con palabras omo con hechos y lograr que ellos lo extiendan hacia los demás y sobre todo entre los miembros de la familia.
  • Es fundamental tener paciencia y hablarles a nuestros hijos con calma cuando vayan a solucionar el conflicto. No debemos olvidar que somos el ejemplo, por lo tanto prohibido mostrar una conducta violenta.
  • Es importante tener en cuenta que también la relación de pareja influye directamente en el comportamiento entre los hermanos. Los niños aprenden por imitación, si nosotros llevamos una relación agresiva no podemos pedirle a nuestros hijos calma y respeto.
  • Evitemos las comparaciones, el favoritismo y la falta de atención a los hijos; para lo único que sirven es para agrandar más la rivalidad entre hermanos y afectar su autoestima.
  • No olvidemos dedicar tiempo por separado a cada uno de los hijos y conversar mucho con ellos.
  • Elogiemos las actitudes positivas de nuestros hijos, felicitarlos cuando no se peleen y mostrarles lo contentos que estamos por ello. Esto logrará que esas buenas conductas se repitan con más frecuencia.
  • Si las peleas se vuelven recurrentes e intensas y la situación se sale de control, es aconsejable buscar ayuda profesional.

Tal vez creamos que esos pleitos entre nuestros hijos serán interminables, pero no es así; todo esta en el modo en que nosotros, los padres, abordemos la situación y en como los eduquemos. Si hacemos bien nuestro trabajo, veremos que cuando nuestros hijos crezcan, dejarán de lado esa riñas e inlcuso a hasta las recordarán con gracia; serán más unidos y su relación mucho más cordial.

Fuente:
pekebebe.com
www.guiadelnino.com


Zona de comentarios