Antes de plantear soluciones ante los constantes pleitos entre hermanos, debemos tener claro que hasta cierto punto estas riñas son normales y forman parte de la vida cotidiana de cualquier familia. Estos pleitos se presentan desde los primeros años de edad y durante la adolescencia, y son mucho más frecuentes cuando la diferencia de edad entre los hijos es muy poca. Sus causas Para entender el porque de esos pleitos es necesario enfocarnos en las causas, que pueden ir desde la personalidad de cada uno, la edad por la que están pasando en ese momento e incluso por la forma en como los padres afrontan dichas peleas. El que nuestros hijos se enfrenten constantemente es debido también a que existe una rivalidad innata al querer establecer un dominio sobre el otro, y además por el afán de llamar la atención de los padres y disputar el cariño de ellos. Los niños son muy egocéntricos, quieren ser a como de lugar el centro de interés de las personas y tener posesión de todo, entonces cuando tienen un hermano inevitablemente se presentan las disputas por los espacios, los objetos personales y la atención de los padres. Los motivos son infinitos, cualquier cosa puede originar una pelea: la comida, juguetes, ropa, quien abre primero la puerta, quien ocupa determinado espacio en el coche, quien se sienta al lado de papá o mamá. Aunque por otro lado hay situaciones muy específicas que acentúan mucho más esa rivalidad como por ejemplo, cuando los padres se enfocan más en alguno de los hijos ya sea por que es el nuevo miembro en la familia o esta enfermo. Consecuencias de los pleitos entre hermanos Podemos entender que sea normal el que nuestros hijos peleen, pero creer que esto puede beneficiarles de algún modo lo consideramos un error. Las riñas entre hermanos nos son tan malas, indican al contrario una búsqueda de la identidad y en entre esos desacuerdos, poco a poco ellos aprenderán a manejarlos y a negociar, lo que los llevará a resolver sus problemas. La rivalidad entre hermanos es necesaria para que se vaya estructurando la personalidad de cada uno y además les sirve en su socialización, ya que cuando los niños se integran a la etapa escolar es mucho más fácil que se adapten a las relaciones con sus compañeros debido a que ya nos son tan egocéntricos. El papel de los padres antes las peleas entre hermanos Aun cuando la rivalidad y las peleas entre nuestros hijos son normales, no quiere decir que las aceptemos ni tampoco que debamos reaccionar inadecuadamente ante ellas. Es cierto que ocurrirán y serán constantes, pero es necesario actuar como una guía para que posteriormente no se conviertan en un gran problema, y por el contrario lograr que en el ambiente familiar reine la cordialidad y tranquilidad. ¿Qué hacer?
Tal vez creamos que esos pleitos entre nuestros hijos serán interminables, pero no es así; todo esta en el modo en que nosotros, los padres, abordemos la situación y en como los eduquemos. Si hacemos bien nuestro trabajo, veremos que cuando nuestros hijos crezcan, dejarán de lado esa riñas e inlcuso a hasta las recordarán con gracia; serán más unidos y su relación mucho más cordial. Fuente: |