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Un nuevo hermanito ¿Cómo preparar a nuestros hijos

La llegada de un nuevo miembro a la familia es sin duda motivo de gran alegría, pero también significa importantes cambios en nuestra vida para los que tenemos que estar preparados, sobre todo si ya tenemos más niños.

Dependiendo de la edad puede ser más fácil o no hacerles entender y asimilar la llegada de un hermanito, sin embargo los padres deben poner especial atención en su preparación de tal manera que su o sus hijos no se sientan desplazados.

Por ejemplo los niños menores de tres años no son conscientes de lo que sucede hasta que notan ciertos cambios como que la barriguita de mamá esta creciendo. Los niños no se quedan con dudas, así que en cuanto notan algo diferente van a preguntar por lo que este es el momento oportuno para hablarles de lo que se esta formando dentro de ella, y recordarles que es algo similar a lo que sucedió con ellos.

Una vez que los pequeños saben de la llegada de un hermanito es importante transmitirles la alegría de ese acontecimiento, al compartir con ellos algunos momentos del embarazo como colocar su mano en la pancita para que sienta sus movimientos, escuchar los latidos de su corazón y compararlos con sus latidos, mostrarles el ultrasonido; darles ejemplos de niños que ellos conozcan y estén pasado por una situación similar.

Estos actos van ayudar a que se involucren positivamente con el bebé y vayan aceptando la idea de tener un nuevo hermanito en casa.

Sabemos que el vínculo entre madre e hijo es muy intenso, tanto que los niños pequeños lo notan; ellos se dan cuenta de esa cercanía que hay entre mamá y el bebé por como le habla, lo mira, cuando lo alimenta y lo carga así que es imposible que sientan celos.

Reclamar su espacio y la atención de mamá es algo esperado, sin embargo los celos pueden aumentar y convertirse en actitudes caprichosas, agresivas contra el bebé o presentar regresiones si no se actúa acertadamente.

Para evitar que estos se intensifiquen las mamás deben ocuparse del hermano recién nacido con naturalidad, haciendo partícipes en todo momento a su o sus hermanos, es decir restarle importancia a esas conductas negativas al reforzar los comportamientos de "hermano mayor", por ejemplo al pedirle ayuda para bañarlo, darle el biberón, vestirlo, cantarle para que se duerma.

Es sumamente importante también que la rutina de los pequeños no cambie con la llegada de un nuevo miembro; por ejemplo seguir ayudándolo a lavarse la manos antes de comer, respetar la hora de juego, leerle un cuento o cantarle antes de irse a dormir, etc.

Para lograr ese equilibrio también se requiere ayuda. Ser mamá de un bebé recién nacido es una labor agotadora, más aún si se tiene uno o más hijos. Para salir a flote con todo este trabajo es necesaria la participación en primer lugar, de la pareja y si es posible de los familiares.

Si mamá y papá se apoyan en sus familiares va a ser mucho más fácil disponer de tiempo para los pequeños, esto puede ser la clave para que reconozcan que a pesar de los cambios ellos siguen teniendo la atención y el amor de sus padres y de toda la familia.


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